miércoles, 29 de agosto de 2012

No hay día en el que no sueñe contigo sin ni siquiera saber como te llamas. Sueño con el momento en el que te chocaste conmigo y te disculpaste amablemente, sueño con las primeras palabras que te dije, con las primeras miradas que cruzamos, con tus labios mojados en carmín, con aquellos hoyitos que se dibujaban en tus mejillas cada vez que sonreías, con tus caricias, con nuestras peleas, con el momento en el que me dijiste que ya no me querías más y con tu forma de venir al día siguiente, empapada, a decirme que no podías estar más tiempo sin mi, con tus besos, con tus caricias, con tu forma de retirarte el pelo de la cara, con esas noches gélidas que acabaron siendo noches de verano gracias a ti...
Y ,si, sueño contigo sin haberte visto nunca, sin saber ni siquiera si existes. Por eso no puedo dejar de hacerlo, ya que es en mis sueños dónde puedo verte, dónde puedo estar contigo hasta que llegue el día en el que todo dejará de ser eso, un simple sueño, pues por fin  tropezarás conmigo y podré preguntarte tu nombre.
Ese día, dejaré de soñar. Dejaré de soñar con los ojos cerrados, pues no me hará falta cerrarlos para verte;  estar contigo será como soñar despierto, soñar en futuro, en un futuro juntos.
Hasta que llegue ese día, te prometo que nos veremos cada noche... 

2 comentarios:

  1. Me encantaaaa!!! Me recuerda a una cosa que escribí hace siglos y que, claro, también me imaginé. Pues nada, ya sabes que por soñar el mundo no se para así que ten paciencia :)
    P.D: joooo a ver si conozco a alguien con tu imaginación, aunque creo que junto a la mia sería demasiado no?? hahaha

    ResponderEliminar